¡No me quedo con las ganas de hacer un muñeco de nieve! Ayer amenazaba nieve en Valladolid, por la mañana empezaron a caer unos tímidos copitos, tan tímidos que no llegaban casi al suelo. Por la tarde empezaron a animarse, y a eso de las ocho, hora de pasear a mi perro, se puso a nevar en condiciones, nevada que por supuesto duró lo mismo que el paseo, porque aunque los niños ya se las prometían muy felices jugando a guerra de bolas, a los cinco minutos de entrar en casa, dejó de nevar. Confiábamos que por la noche nevara de nuevo, pero nada, hace un frío que pela y un sol espléndido, así que como consuelo, ¡galletas!.
Me he comprado hace poco este cortador en una tienda de menaje de cocina, pero espero poder hacerme con otro modelo más grande. Por ahora vamos probando.
Una vez horneada y enfriada la galleta, la decoramos. Con la glasa espesa delineamos el contorno del muñeco y lo rellenamos de glasa más líquida. Ya sabeis, un buen "chorro" de glasa en el centro y con cuidado para que no se desborde, rellenamos el borde con ayuda de un palillo.
Una vez seca la glasa (dejar al menos una hora para que no se mezclen los colores) y procedemos a los detalles con glasa espesa que vamos tintando en negro para ojos y sombrero, rojo para la bufanda, naranja para la nariz y marrón --con cacao en polvo y glasa blanca-- para las ramas de los brazos.
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